A Guerra da triplice alliança

Doletin de/. Ejfrcilo. 1Y . ..J. Pa o de la Patria, Abril 10 de 1866 En la guerra ele conqui ta, de desol acion y ele muerte que traen al Paraguay el pretencio.-o lmperio del Br asil y sus aliados, sin mas lev que la escb,itud, sin mas razon que la coclicia , sin mas justicia qÚe el ejercicio ele sus pretenciones tradicional es de absorver t erritorios v coartar la libertad y el derecho de pueblos tranquilos y laboriosos, han creido deprimir y anonadar al Pa raguay , borra r su nombre de la carta geografica, cortar de r aiz l a flor de su progreso que veian bro– tar con todos su · encantos, y ahogar en el fo ndo del corazon de todos sus hijos ese espí rítu Yiril, noble, r esuel to, emprendedor y entusiasta - que inspiraba sérios temores, muy especialment e á los intentos del Im– lJerio, para de e te modo edificar sobr e su ruína el Imperio ele su poder y l a respetabilielael de su nombre ; nombi·e escarnecido y clespreciaclo por la antipatia natural que inspi?·a esa nacion cobarde, rwesuntuosa inmoral, e sclavi sadoiYt e hipoçrila, que es la sall e,ad?1'a ele los pueblos clebiles, la 9.ue se complace em hace?' dei·ra~ai· la.gr m'!as y san g1·e , y destriti?'los con el derecl10 de la f ite1·~a, o la astucia y malign idad- cle su diplomacia. . . . _ Pero Dios que vela sobr e la JUStlc1a y la razon de los pueblos ha hecho ya en el curso de la. guerra_que las pretensiones de la alianza no sirvieran sino para arroJa r el r1d1culo sobre ella , permitiendo que la nacion á. quien creyó pulverizar, se elevase por la r evelacion ele su poder, mostranclose al mund~ como l a ?1~s a rdorosa sostenedora de su honor, como un pueblo vah ente y decidido que, solo en l a arena contra tres E tados, defiende con su propr io y mas posit ivo derecho, el bienestar, l a paz y e1 porvenir de l os amer icanos, quc t ienen el interés de ver sostenido en su l ibertad, progreso y engrandecimiento . Toda vez que esos ambiciosos, dejando ele cor r er à nuestra v ista, re olvieron cruzar sus armas con l as nuest ras, les hemos mostr ado sn impotencia ante el temp1e, 1a fuerza Y el poder que tiene un pueblo brioso y decidido. . Nuestra hoj a anterior habia consignado un_o de csos br illantes hechos de armas con que hemos deprimido al ene~1go en medio de t odo su Ejêrcito por a1gunos centenares_ d~ nu~stros mfant~s (1 ); l a aparicion de la presente no es de menos s1gmficac10n, pues v1ene a anunciar una gloriosa jornada, que acaba de colocar una _nu~va estrella sobr e l a frente laurea<la de los v~l ien_Les soldad?s del EJércrt?, qu~ dej an confirmados una ,·ez mas su lJIZarria y hero1smo con l:3- mvenc1ble puj anza de sus armas, y el crudo escarmiento s1ue el enem1go ha recibido en el centro mismo de sus recursos y de i n mayor poder. Tiempo hace que dcspues de haber dado un paseo por su terri– torio, de pié y con el arma al hombro, esperamos que el enemigo cnm– plíendo su prome ·a à l os suyos, y su am~naza para nuestra clestn~ccíon, venga á. probar lo que vale un pucblo hbre, val?roso y patriota; p~ro hasta aqui, á pesal' de todo su alard~ y pre'lu_nc1on, no se ha n.tre"1do á pii,ar nuestro suelo , y hemos terndo neces1dad ele trasportarnos á (1) O 1,Q)l' firn 1•e f,11"P•Se no comhnt , ,to Con·nlcs,

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