A Guerra da triplice alliança
• l 100 Si não conhecessemos pessoalmente as qualidades deste re -peitavel agente ingl ez (continúa Poucel) , as revelações de sua carta pod!3riam parecer-nos meno importantes . Mas referidas pelo Sr. Thornton, cuja · sinceridade honramos, yemos nrllas a confirmacão expressa e logica de todos os dados historicos e officiaes por nós relatados, para desv~ndar as origens do conflicto actual e sva connexão com as aspirações, pa– tentes ou l atentes, de Buenos-Aires sobre o Paraguay. E J;t,·aclo ele um discw·so ele R . Elüalde , c:onlcnclo revelações sob,·e a politica seguida pelo governo argentino em relação ao Par·agitCPJ , cmles elo r·ompimcnlo da guernt: E111 sessão de 3 llc Junh o ele l ~G8 d isse n·1 c·w1·1r,t dos üeput:tdus 11 t ílcpublic1 Argent ina u ex-11Ji11islru Dr. Rufiu o El iz·1lde : El orden de cosa--; del Paraguay tiene meclio siglo y e;:;le ortlen tl e coxas habia i; ido siempre el mismo anle todo.· los gobiemo' de la Republica Argentina, l:Ualquiera que hubiese siu0 el par-Lido que domi– nase . Era una pofüica agresi va, irritante, audaz y persernr ante en sus 1110clios, hasta el C\ ·tremo de confe:-ar un rlia qne podia disponer de l a suerte del Rio ele la Plat a, como el éntendiese. Han sülo inutiles los esfuerzos ele todo los gobiernos, hechos para traer à , la Republica Paraguaya á condiciones razonable ·, proce– diendo de la manera ma justa y equitativa . El presidente Mitre no creia que la Republica estaba prepa rada para resistir á una guerra como la que se preveia, y agotó todos los esfuerzo imaginable · cerca tlel presidente de1 Paraguay para ver se podia traerlo à una politica amis– toza y justa; pero todo fué i'nutil. Cuanclo nosotros nombrábamos el ministro, habienclole solicitado previamente , u cousentimiento ha ta para elegir l a persona, a fin de tratar ele arregfa r las cue. tiones que teniamos con el J >araguay ; cuando poniamos à su disposicion los archivos pub1icos para que sacase todos los docuruiento ' que necesita e para dirimir la cuestion de limites ; cuando, en una pa.labra, agótabamo todos los temperamientos para que el gobierno del Paraguay Yiniese a no otros con espíritu fraternal y justo a derimir esac: cue tiones, para r1ue se . eparase y uo toma ·e parte en los confhctos que veiamos venir; cuanclo e. tabamo para hacer ya el nombramionto clel Snr. D. Lorenzo Torro ·, con el boneplacito del pre iclente del P1:1raguay, en lo que clecl in~tbarno hasta cierto punto de nucstro clerecho .Y de nuestro decoro. ya el presirlente del Paraguay e taba ele acuerdo con e1 gobierno de 1onte.-Hléo, por medio de un convenio secr eto, para usurpamos la. ü,la. de Ma;rtin Garcia. Entoncex comprendimos qu e todo era inutil, que 11or parto clel Paraguay no teniamos que espira r sino mal€' y de ·gracias paru la Re– publica Argentina, que era un 1ioder agre13or, usurpador y de potico .
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